sábado, 12 de diciembre de 2009

Perro Nocturno, Noche De Ronda...

Huelo el humo de un cigarro en el aire y el humo me reseca, llevo un plano en mi mente de los alrededores, había premeditado días antes de elegir aquel que sería mi lino entre estas calles grises y estrechas. Me sacudo la sudadera y continuo mi caminar, no acontece mucho y me da por analizar un instante de mi infancia ¿Qué hace ese recuerdo turbio en mi mente justo en este momento? Sentí estar en aquel momento, aquel lugar, aquel patio en la escuela, debajo de aquel árbol, en aquel día y en aquel momento en el que hacía un análisis de aquellos niños que jugaban, esos a los que veía con miedo y desprecio, creo que es desde entonces que abrí los ojos de ira, como si me hubiesen arrojado a mis ojos algo corrosivo que funcionaba a la inversa, que no había de cegarme, que me abrió los ojos. Sí, es una pesadumbre tener dos ojos en el país de los ciegos pero no me importa, soy fuerte y no pretendo dar piedad, es más, puede que hasta no sean recuerdos míos los que inundan mi cabeza, tal vez lo son de vidas pasadas, por qué digo esto, pasa que el sonido de la canica que proviene de mi mochila es como una estridencia que me da un sentir irrealista al momento en que el miedo junto con la incoherencia se mezclan como mercurio en los adentros de mi pecho. Tal vez ni estoy aquí.

El frio del aire me ha despertado, estoy en la cima sin noción del tiempo, siento un dolor en el vientre y el cerebro ordena buscar otro cigarrillo, el mundo parece vacio. Los segundos avanzan hacia mí y en la distancia vuelvo a observar mi infancia, absoluto silencio me rodea y la sensación de ser tan sólo un accidente en el tiempo eleva mi fe en este momento, dentro de esta época del nuevo orden mundial, del tiempo en el que un hombre odia y mata a otro hombre sin que nadie mire mal alguno, más sin embargo de suceder lo contrario, es condenado.

Siento un sudor frío que me seco con la manga de la sudadera, es una de esas noches en las que la atmosfera es más densa y su pesar cae en tu nuca, una noche tensa que es la víspera de mis XVIII. He crecido y me pregunto cuál será el pago de querer ser por siempre un niño, de todos modos no tengo nada ya, lo he perdido todo en mi otra vida que me enseñó cuan injusta y breve pero intensa es nuestra existencia. El universo me acompaña y camino debajo de él como Sócrates en una noche de la antigua Grecia, conspiraba pero no me importaba, a estas alturas no me importa nada. Me pongo de pie y apago medio cigarrillo con la punta de mi zapato, es momento de continuar mi marcha.

Es más tarde aún y empiezo a sentir el cansancio, Satanás deja caer un frio rocío en mi raciocinio y me detengo con una inquietante normalidad, un coche patrulla me ha dicho que lo haga, solo uno del par camina hacia mi con cierta curiosidad y en el cerebro se me antojan un sinfín de escarmientos que bien deberían ser aplicados a ellos, pero me contengo y no me rayo. Curioso que un tipo cara dura e indiferente me diga que esta hora sólo están los delincuentes, me hice gracia, solos el y yo, me pregunto quién es el más enfermo de los dos mientras rechazo su idea de recibir ayuda si es que la necesito, lo siento pero no me fio de sonrisas baratas, pensé, así que si no hay problema alguno debo seguir mi camino, aquel que elegí desde hace mucho. El falto mental armado se quedó atrás y avanzo lento, sigo nostálgico y lúcido hasta estar de frente a mi destino, al fin… Es por venganza, pienso mientras comienzo a plasmar, el punto verde explota con intensidad y no escucho otra cosa mas que eso, ni siquiera me distraigo al mirar a los alrededores, no importa nada en este momento en el que tomo enserio mi profesión, más que nunca y más que cualquier otra, estoy dispuesto a saciar mi hambre de esto, es mi pasión, solo yo y lo que empieza a tomar forma, lo que estoy creando a partir de mi criterio, mi creatividad, mi sentir y el respeto que he de ganarme mañana por esto, es mi manifiesto propio, único e incorruptible, ajeno a lo que crean los demás, a aquellos simples que no miran las cosas de una manera tan profunda como lo hago yo.

Detallo y firmo, tomo asiento debajo de mi ópera prima que es gigante, siento que este es el sentido de mi vida y respiro profundamente en señal de satisfacción, mientras me recargo sobre la misma, aún puedo oler la pintura secándose en esta galería de asfalto, de la que ya formo parte y que de visitar con reserva mañana. Con mi mano manchada por la pintura busco un cigarro más y lo enciendo, he cultivado el respeto, la libertad del viento, he dejado rastro y me dispongo a visitar un lugar más para dejar claro que las calles son nuestras, que tenemos mucho estilo y formas de protesta, que ardemos cual molotov sobre y contra su repugnante represión impuesta…

-Jouserck/Emc.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una entrada noir, como las que sólo usted puede escribir mi estimado Yosser. Ideal para ser leída un domingo a las 11 p.m. cuando los fantasmas del lunes ya empiezan a rondar sobre nuestros hombros. Por que el Lunes es el día que mejor define al mainstream, o no? Total que el Diario de Guerra Urbana del Graffiti, merece ser ampliado. Espero la siguiente parte de este relato

Vladdiel dijo...

Un escrito bastante, como definirlo... Sid, si, es el estilo Sid =D, me encantó la parte de mirar con desprecio a los mortales, porque seremos asi, será porque en nuestro interior, llegamos a pensar que sería bueno (y fácil) ser asi, con preocupaciones mundanas y no preocupaciones espirituales, existenciales, que muy pocos seres pueden entender y saber que decirnos en el momento que lo necesitamos?

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